There were some forty tribes of Thracians who shared a common language and culture, inhabiting a vast area north of the Greek city-states. They were seen as war-loving, rebellious, rambunctious, bad enemies, and good allies in a fight. Many Greeks dreaded a time when they would be united under a single leader and sweep southwards. Such a turn of events never happened, but Thracians could be found across much of the Greek and Persian world fighting as mercenaries; they often specialised as skirmishers and light troops.
Thracian Peltasts
The style of fighting used by peltasts originated in Thrace and the first Greek peltasts were recruited from the Greek cities of the Thracian coast. Many mercenary peltasts were probably recruited in Greece. Some vases have also been found showing hoplites (men wearing Corinthian helmets, greaves and cuirasses, holding hoplite spears) carrying peltes. Often, the mythical Amazons (women warriors) are shown with peltast equipment.
Peltasts gradually became more important in Greek warfare, in particular during the Peloponnesian War.
Thracian Warriors
Later Thracian Warriors used the Rhomphaia which was a close combat bladed weapon used as early as 400 BC. Rhomphaias were polearms with a straight or slightly curved single-edged blade attached to a pole, which in most cases was considerably shorter than the blade. Although the rhomphaia was similar to the Dacian Falx, most archaeological evidence suggests that rhomphaias were forged with straight or slightly curved blades, presumably to enable their use as both a thrusting and slashing weapon. The Rhomphaia was feared (like the Falx) because of the cutting power afforded to it by the polearm like design.
Because the romphaia's awkward length and weight caught the barbarian or Gaul temporarily off balance after a stroke, costly moments were lost before he could regain combat effectiveness. | | Die Thraker bestanden aus etwa 40 Stämmen, die eine gemeinsame Sprache und Kultur teilten. Sie bewohnten das riesige Gebiet nördlich der griechischen Staaten. Sie waren ein aufständischer, kriegsliebender und rebellischer Feind, aber auch gute Verbündete im Kampf. Viele Griechen fürchteten sich vor dem Tag, an dem sie unter einem Herrscher vereint nach Süden stürmen würden. Doch dazu kam es nie.
Es fanden sich in vielen Teilen der griechischen und persischen Welt Thraker als Söldner, oft als spezialisierte Plänkler oder leichte Truppen. In der Schlacht von Raphia 217 v. Chr. waren Thraker auf beiden Seiten vertreten.
Thrakische Peltasten
Als Peltasten bezeichnete man im antiken Griechenland eine bestimmte Art leicht bewaffneter Fußtruppen, die oft als Plänkler kämpften. Erstmals verwendet wurde der Begriff für thrakische Söldnertruppen, die der Söldnerführer Iphikrates in Athen im 4. Jahrhundert v. Chr. vermehrt einzusetzen begann, nachdem sich in den Perserkriegen ihr Wert herausgestellt hatte. Sie trugen im Gegensatz zu den schwer gepanzerten Hopliten ursprünglich keine Rüstungen und statt eines Helmes meist nur eine Fellkappe. Sie waren mit Wurfspeeren bewaffnet und trugen leichte Schilde aus Korb und Leder. Zu Beginn des 4. Jahrhunderts v. Chr. stellte zuerst der athenische Feldherr Iphikrates Peltasten-Einheiten auf, die nicht mehr aus Thrakern bestanden. Diese griechischen Peltasten rekrutierten sich aus den unteren Bevölkerungsschichten und entwickelten sich ebenfalls bald zu begehrten Söldnern. Von nun an wurden Helme häufiger getragen und die Schilde größer, später konnte sogar noch zusätzliche Körperrüstung dazukommen.
Thrakische Krieger
Eine enorm schlagfertige Waffe der Thraker war die Romphaia. Die Romphaia war ähnlich wie die dakische Falx und bestand aus einem langen Stiel mit einer nach vorne gebogenen, messerscharfen Klinge. Es wurde ungefähr im Jahr 400 vor Christus erfunden und wurde beidhändig geführt. Es hatte vernichtende Wirkung, vor allem vom Pferd aus. Dementsprechend war es den kriegerischen Thrakern mit Hilfe der Romphaia durch weit ausholende Bewegungen möglich, Köpfe und Arme ihrer Gegner abzuhacken und angeblich sogar Körper zweizuteilen. | | Pueblo de origen indoeuropeo habitaban el noroeste de Anatolia (bitinios). norte de Grecia, Serbia y sur de Rusia.
Cosecharon una merecida fama de belicosos, gentes de enorme talla y bárbaros. Estuvieron estrechamente unidos a la historia del pueblo heleno, siendo uno de los mercenarios más apreciados a los que podían tener acceso.
Peltasta Tracio
El peltasta (en griego peltastes, derivado de péltê escudo ligero; en latín, peltarion) es, desde el siglo IV a. C., la infantería ligera mercenaria característica de los ejércitos griegos y helenísticos.
Se le denominaba así por su escudo de mimbre (pelta). Según Aristóteles, éste carecía de borde y estaba forrado con piel de cabra o de oveja, por la descripción pareciera ser redondo u ovalado con un eje mayor de unos sesenta centímetros, con una gran escotadura semicircular en un lado mayor lo que le daba un perfil de media luna, aunque también había peltas circulares. Solía adornarse con un motivo protector, un animal o un ser mítico como la Gorgona, en la creencia de que la mirada del mismo podía paralizar al enemigo. La pelta aparece representada a veces con una sola asa, y otras con dos asideros, como los escudos hoplitas, pero no siempre se empuñaba por el interior, sino que a menudo se embrazaba para que el peltasta pudiera sujetar con la mano izquierda así liberada, un puñado de jabalinas, por ello llevaba también una correa de cuero para suspenderla durante las marchas. Modelos similares aparecen en el arte escita y podría tratarse de un modelo de escudo procedente de Europa central. Jenofonte, jocosamente, describe a unos peltastas enganchados por las correas, al tratar de trepar por una empalizada. A menudo, las Amazonas eran caracterizadas con equipamiento peltasta.
El estilo de lucha usado por los peltastas se originó en Tracia, y los primeros peltastas fueron reclutados en las ciudades griegas de la costa de esa región. Estas tropas llevaban la indumentaria tradicional de su tierra: capa adornada, botas altas y gorro frigio de piel de zorro con orejeras, no usaban armadura. Su arma favorita la jabalina, a menudo con un propulsor para incrementar su poder de penetración, pero portaban también una espada. En el siglo IV a. C., también utilizaron casco y armadura de lino.
Los peltastas tracios podían hostigar a distancia a tropas pesadas como la falange hoplítica gracias a sus jabalinas y su ligereza les permitía escapar ante una carga. Por otro lado, gracias a su armamento, tenían ventaja sobre otras tropas ligeras pero menos protegidas, como los psiloi, los arqueros o los honderos, igualándolos en velocidad de maniobra. Su principal riesgo en batalla consistía en ser forzados, por los hoplitas, a combatir cuerpo a cuerpo, y los eventuales disparos de honderos o arqueros. Se trataba, entonces, de tropas versátiles y poco costosas en equipo, entrenamiento y manutención. Esto explica que tanto tracios como, más tarde, griegos incapaces de costearse el equipo de hoplita, se enrolaran como peltastas a modo de mercenarios.
Guerrero Tracio.
Los guerreros tracios se caracterizaron por el uso de la rhomphaia. Es una espada de origen tracio que surgió en torno a mediados del siglo IV a.C. Aunque no es muy conocida, sin embargo fue la predecesora de otra que lo ha sido mucho más, la falx dacia, que tantos disgustos dio a los romanos blandidas bajo el liderazgo del rey Decébalo, y que obligó a estos a reforzar todavía más su impresionante armadura.
Era una espada con agarre a dos manos, con una empuñadura que casi igualaba en longitud a la de la hoja. Esta era bastante recta con una ligera curva hacia el interior donde disponía del filo. Además, la punta podía curvarse algo más pronunciadamente. Tenía una anchura la hoja bastante escasa, de entre dos y tres centímetros, aunque su grosor si que era considerable, lo cual le daba la robustez necesaria para evitar la fácil rotura en mitad del combate. Pero no solo era un potente arma de corte, sino que poseía una punta penetrante que le daba un doble juego muy peligroso en el combate.
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